Por Jake Kheel, bloggero invitado. Vicepresidente de la Fundación Grupo Puntacana y co-direcotr del documental Muerte por Mil Cortes
“No hay diferencia entre un pesimista que dice: ‘Se acabó, no te molestes en intentar hacer nada porque no hará ninguna diferencia’, y un optimista que dice: ‘Cálmate, todo va a salir bien.’ De cualquier manera, los resultados son los mismos. No se hace nada”.
Yvon Chouinard, fundador de Patagonia
A fines de 2017, la Fundación Grupo Puntacana y la Muestra de Cine Medioambiental Dominicana (DREFF) organizaron, junto al equipo de edición de la película, la proyección del documental Chasing Coral en todo el territorio de la República Dominicana. Chasing Coral cuenta con una fotografía impresionante y una narrativa persuasiva. El documental logra resumir un tema complejo, como es el blanqueamiento de los arrecifes de coral, de modo que un público sin formación técnica no solo adquiere conocimientos básicos acerca de los corales, sino que además termina sintiendo una profunda preocupación por su inminente y grave situación. El éxito de la película les ha valido una nominación a los Premios Oscar al Mejor Documental.
Al igual que muchos documentales que exploran desafíos globales complejos, Chasing Coral enfrenta la difícil tarea de llevar la “toma de conciencia” sobre un problema, a iniciativas con acciones tangibles para resolverlo. ¿De qué manera una persona que asiste a la proyección de la película Chasing Coral puede realmente contribuir a reducir el blanqueo de los arrecifes de coral, el cual es un fenómeno global causado por los cambios a gran escala que han sufrido los océanos del planeta y el clima, y que causan la muerte de los corales? ¿De qué forma pueden los directores de películas tan poderosas como el documental de Al Gore sobre el cambio climático, An Inconvenient Truth, el cual ganó un Oscar, inspirar a las personas no únicamente a actuar sino a producir un cambio positivo? Esta paradoja de la toma de conciencia es uno de los mayores desafíos que el movimiento ambientalista enfrenta en la actualidad.
Lo cierto es, que la mayoría de las películas documentales ambientales carecen de ofrecer una verdadera orientación. Al final de An Inconvenient Truth se le informa al público presente que la crisis climática inminente es solucionable. Se nos aconseja que compremos electrodomésticos y bombillas eficientes, que bajemos nuestros termostatos y que reciclemos. Se nos dice que debemos comprar un automóvil híbrido, si podemos pagarlo. Sin embargo, esta lista de recomendaciones parece ridículamente pequeña e insignificante, frente a los cambios monumentales que se están produciendo en todo el planeta y sus catastróficas consecuencias, todos representados en la película. Tanto así, que al parecer, los cineastas reconocieron esta deficiencia y se sintieron obligados a realizar una continuación de la película: An Inconvenient Sequel: Truth to Power.
Del mismo modo, Chasing Coral concluye con un mensaje esperanzador. Inmediatamente después de describir un futuro deprimente para los arrecifes de coral, se le dice al público que la transformación que salvará a los corales ya está en marcha. El protagonista de la película, Zack Rago, es mostrado enseñando a los niños en edad escolar sobre los arrecifes de coral mediante el uso de lentes de realidad virtual. También se le dice al público que las ciudades se están volviendo ecológicas y que las medidas climáticas están bien avanzadas. ¡Esto, a pesar de que más del 50% de la Gran Barrera de Coral fue destruida en cuestión de meses! ¿Está realmente produciéndose una transformación?
Tras haber producido y co-dirigido el documental Death by a Thousand Cuts, que explora el conflicto que surge entre la República Dominicana y Haití debido a la deforestación de sus bosques fronterizos, estoy íntimamente familiarizado con el problema excepcional de realizar un documental sobre el medio ambiente. Además de tener una historia interesante, los cineastas deben pensar en la recaudación de fondos, la producción, los personajes, la narrativa y, finalmente, la distribución de su producto. Todo esto mientras procura crear una obra de arte precisa, estimulante y que pueda producir cambios. Realizar una película es una tarea considerable, independiente de si se intenta provocar al público para que tome medidas que ayuden a resolver los complejos problemas medioambientales.
Nuestro equipo debatió sobre cómo debíamos terminar nuestra película. Lidiamos, por ejemplo, con temas tales como si debíamos presentar soluciones al desafío de la deforestación en La Española. En vez de producir carbón utilizando leña de los bosques, se podría convencer a los haitianos de utilizar otros combustibles menos perjudiciales como el gas propano. El gobierno dominicano debería tomar medidas estrictas contra la deforestación. Todos deberíamos reciclar. Al final, decidimos que el público debería ser quien decida por sí mismo cuál es el mejor curso de acción. Nuestra esperanza es que la película, y su inquietante final, crearán angustia y posiblemente ira y en definitiva, acción. Más que una receta sobre qué hacer, esperábamos generar la suficiente preocupación como para que el público se viera obligado a buscar por sí mismo una solución.
Esto de ninguna manera es una crítica abierta a Chasing Coral, Inconvenient Truth, o a cualquier otra de una docena de innovadoras películas medioambientales. Estas películas son obras de arte excepcionales que han generado una gran conciencia pública sobre temas medioambientales de importancia crítica y todos los numerosos premios recibidos son muy merecidos. Nos sentimos honrados de tener la oportunidad de presentar Chasing Coral en la República Dominicana.
Irónicamente, después de cinco años de producción y de un intenso esfuerzo para promover nuestra película, es probable que el único impacto medible que tuvo fue ejercer suficiente presión sobre el gobierno dominicano acerca del deterioro de sus bosques, por lo que se vio obligado a sustituir al (totalmente ineficaz) ministro de Medio Ambiente en funciones, por un líder más dinámico y comprometido. Pero si el final de la película hubiese ofrecido al público un grano de esperanza, también podría haber ofrecido una excusa para la inacción. Y, tal vez, la presión para realizar este cambio nunca hubiera ocurrido.
¿Qué sucedería si en lugar de dejarle al público esperanza, estas poderosas películas medioambientales nos dejaran algo distinto: desesperación? El autor Derrick Jensen, argumenta en su ensayo “Beyond Hope” que “cuando la esperanza muere, comienza la acción”. Jensen afirma que la desesperación es una respuesta perfectamente razonable frente a una situación desesperada y lo que es más importante, es sinónimo de empoderamiento. Cuando renuncias a la esperanza y “a confiar en alguien o en algo más para que solucione tus problemas…” simplemente comienzas a hacer lo que sea necesario para resolver esos problemas tú mismo”.
Quizás el movimiento ambientalista debería hacer cambios en su estrategia para así motivar a la acción. Sería interesante ver los resultados si emplearan la teoría de Jensen. Contrario a dejar al público con mensajes de esperanza y garantías de que se está produciendo una transformación, dejarlos en un estado de desesperación, indignación y con una profunda inquietud sobre las consecuencias de continuar actuando como de costumbre. ¿Será que los documentales sobre medio ambiente podrían ser más eficaces para incitar al público a defender al planeta si no le diéramos una razón para no hacerlo? No tengo la respuesta, pero al menos, si vamos a convertirnos en verdaderos agentes de cambio, debemos reflexionar sobre por qué la sensibilización ciudadana por sí sola no ha conducido a una protección más efectiva del medio ambiente.